Print this page
21 / Ago 03

Resilencia o Resiliencia se nace o se aprende, hoy más que nunca es una virtud, cualidad o bendición celestial que procuramos con urgencia

Estamos en un mundo evolucionado, donde escuchamos todos los días noticias, verdades, realidades o chismes que provienen de las redes, medios televisivos, medios impresos, memes y hasta de los amigos. A quién creer. Para mí lo importante es investigar y corroborar todo lo que llegue a nuestra atención y que nos interese. Cuando se me solicitó preparar este artículo, estuve mucho tiempo preguntándome, otra vez un artículo técnico y me dije, a estas alturas de mi vida profesional creo puedo escribir para aportar sobre otro tema y después de mucho pensar me dije a mí misma, por qué no escribir acerca de aquella cualidad o virtud que nos permite afrontar la realidad en la que vivimos con estoicismo y valentía, con la esperanza que todo estará bien.

Así es como llego al concepto de resiliencia, esa capacidad que tenemos los seres humanos para adaptarnos a las situaciones adversas de cualquier naturaleza física, mental o espiritual y superar circunstancias traumáticas. También podemos llamarle fe y esperanza puesta en lo Alto con la convicción que vendrán días mejores… Este término proveniente del latín residio, que significa volver a saltar, rebotar, recomenzar, en la disciplina de la psicología se refiere a las personas que logran salir victoriosas a pesar del estrés o la adversidad que estén experimentando.

Por consiguiente, en términos más simples, la resiliencia se refiere a superar algo y salir fortalecido. La primera vez que escuché de este término, me lo envió hace como seis años una cercana amiga, de la cual puedo dar testimonio que ella y su familia viven cada día esperando, dando y disfrutando lo mejor, se han enfrentado a muchos cambios en su estilo de vida que ha involucrado hasta diagnósticos médicos de los cuales muchos nos pondríamos a llorar todos los días, sin embargo, puedo dar testimonio que la han afrontado, enfrentado y superado siempre con felicidad, eso sí apoderándose de todos los recursos o herramientas para combatirlos.

Y esa es mi concepción de la resiliencia, convertirse en un gran Guerrero(a) en la vida, darle la vuelta a la adversidad, buscando las motivaciones de los individuos para actuar de alguna u otra manera, y muchas veces llegando a la conclusión que algunas pueden ser buenas, otras ingenuas o pícaras, pero habrá algunas que serán malintencionadas o perversas, no tomar nada personal y sobre todo no mirar para atrás, es decir, siempre pasar la página y seguir adelante ya que la vida es una carrera contra el tiempo y éste no se detiene.

En ese camino, estar consciente que al estar convencidos que estamos haciendo lo correcto no significa que somos dueños de la verdad absoluta, muchas veces podemos estar equivocados, no obstante, lo importante es estar dispuestos a aceptar nuestros errores y enmendarlos. Entonces, vale la pena ser Resiliente, después de 60 años y 38 años de vida profesional, el 90% como auditora, puedo concluir que definitivamente sí.

Desde el punto de vista de la neurociencia, las personas que son más resistentes tienen mayor equilibrio emocional para abordar situaciones de estrés y soportar mejor la presión. De esta forma, se controlan mejor ante los acontecimientos y están en una posición más favorable para hacerles frente, en varias ocasiones le llaman inteligencia emocional. Entre sus beneficios están:

  • Tienen una mejor autoimagen, confianza y seguridad en sí mismos Practican la autocensura.
  • Son más optimistas, buscando siempre la jocosidad.
  • Afrontan los retos son unos verdaderos luchadores que no se rinden ante la adversidad, al contrario, se fortalecen Son más sanas físicamente.
  • Tienen más éxito en el trabajo o estudios.
  • Están más satisfechas con sus relaciones y causan efectos positivos en su entorno cercano.
  • Están menos predispuestos a la depresión Por lo general, son creyentes, conscientes que hay una fuerza poderosa que tiene el control de todas las cosas.

Ahora bien, nosotros los panameños de esta generación, somos afortunados, pertenecemos a una generación en la cual puedo enumerar un número plural de cambios a los que nos hemos enfrentado con denuedo y valentía, entre ellos, hemos visto pisar al hombre la luna, padecer una dictadura militar, corralito del sistema financiero, invasión de una potencia extranjera, saqueo de la ciudad, cambio de siglo, grandes desarrollos tecnológicos, inmediatez, hablar por un teléfono portátil con voz e imagen en tiempo real,la llegada el primer presidente de raza negra a la Casa Blanca, corrupción e impunidad en su más alta expresión, Pandemia y todas sus consecuencias, cuarentena total donde la ciudad reflejaba una película de zombies, pérdida de empleo y muerte de amigos y familiares, alivios financieros masivos; guerra geopolítica por las terapias de inmunización, presidentes twitteros, etc, y que más vendrá, aún no lo sabemos… sin embargo, todo lo debemos afrontar con fe y esperanza en Jesucristo, guiados por el Espíritu Santo dispuestos a aceptar y cumplir la voluntad de Dios.

Por último, comparto con ustedes algunas frases aprendidas en mi vida terrenal:

“No se puede”, no existe.

Disneylandia laboral, no existe.

Las cosas no son de quien las tiene, sino de quien las necesita.

Ladia Aguilera

Presidenta 2004-2005

laguilera17@yahoo.com